Estirarse a través de Sudeste Asiático, África, y Europa, el Cinturón y proyecto del Camino es una red sofisticada de pasillos, puertos, centrales eléctricas e infraestructura industrial que promete compartir las ventajas de más de $1 billón en el desarrollo económico con comunidades y gobiernos a través de 65 naciones.
Pero un proyecto tan gigantesco también tiene el potencial para interrumpir con severidad el ambiente y contribuir al cambio climático, y en un tiempo crucial cuando el mundo discute cómo limitar impactos y atenerse a promesas según el Acuerdo Parisiense. Una oleada de registro en niveles atmopsheric CO2 ha añadido el ímpetu fresco a la realización del acuerdo ya que los gobiernos se reúnen en Bonn, Alemania la próxima semana para la siguiente ronda de conversaciones, COP23.
Mientras el mando estadounidense en cuestiones del clima ha menguado bajo la administración escéptica del presidente Donald Trump, China ha esperado, hasta cierto punto, llenar el vacío, haciéndose un líder en la energía renovable y jurando de cumplir sus compromisos del clima.
Sin embargo, los proyectos financiados por los chinos masivos a lo largo de su Silk Road de nuestros días también facilitarán la circulación y uso de combustibles fósiles que dañan el clima. De este modo, dado que los objetivos del Acuerdo Parisienses sólo se pueden encontrar a través de una reducción drástica de emisiones globales, una pregunta importante permanece: ¿Es el Cinturón ambicioso y Camino proyectan el principio de un modelo de desarrollo nuevo, más verde – o promoverá sólo el crecimiento no comprobado?
Fnt.- Lou del Bello.Journaliste indépendante et contributrice régulière d’IRIN.www.irin.org
China empuja el proyecto de desarrollo económico más grande del mundo
